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La presión en el suelo radiante es fundamental para asegurar que este tipo de sistemas de climatización funcione correctamente, sea seguro y tenga una larga vida útil. Antes de activar una instalación, es imprescindible llevar a cabo una prueba de presión o estanqueidad que confirme que no hay fugas ni pérdidas en el circuito. Esta prueba no solo es un requisito técnico, sino que también está estipulada en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) y otras normativas específicas. En este artículo, te contamos cuál es la presión adecuada para el suelo radiante, cómo realizar la prueba paso a paso, qué dice la normativa y qué errores debes evitar para garantizar una instalación segura, eficiente y conforme a la ley.

¿Qué es el suelo radiante y cómo se instala?

El suelo radiante es un sistema de climatización invisible que funciona mediante una red de tuberías o resistencias instaladas bajo el pavimento, por las que circula agua caliente o fría según la estación del año. Este sistema distribuye el calor o el frescor de forma uniforme desde el suelo, proporcionando un alto nivel de confort térmico con un consumo energético reducido, especialmente si se combina con energías renovables como la aerotermia.

El principio de funcionamiento se basa en la radiación térmica: el calor asciende suavemente desde el suelo hacia el resto del espacio, evitando corrientes de aire y manteniendo una temperatura más estable que los sistemas de calefacción tradicionales. Además, al trabajar con agua a baja temperatura (entre 30 y 45 °C), el suelo radiante es mucho más eficiente que radiadores convencionales que necesitan temperaturas más altas.

Instalación de suelo radiante

La instalación del suelo radiante debe realizarla un profesional cualificado y suele seguir los siguientes pasos:

1. Preparación del suelo

Limpieza y nivelación de la superficie donde se instalará el sistema.

2. Aislamiento térmico

Colocación de una capa aislante para evitar pérdidas de calor hacia abajo y mejorar la eficiencia.

3. Colocación de las tuberías

Instalación de las tuberías (normalmente de polietileno reticulado o multicapa) formando un serpentín o espiral, siguiendo un diseño técnico que garantiza una distribución uniforme del calor.

4. Prueba de presión

Realización de una prueba de presión o estanqueidad para comprobar que no hay fugas ni pérdidas antes de cubrir las tuberías.

5. Vertido de mortero o solera

Una vez comprobada la estanqueidad, se vierte una capa de mortero autonivelante que cubrirá las tuberías.

6. Instalación del pavimento final

Cuando la solera ha fraguado completamente, se coloca el revestimiento elegido (cerámica, madera, vinilo, etc.).

¿Por qué es importante hacer una prueba de presión en el suelo radiante?

La prueba de presión, o prueba de estanqueidad, en una instalación de suelo radiante no es solo un mero trámite técnico; es una etapa clave para asegurar la seguridad, la eficiencia y la durabilidad del sistema. Este ensayo se lleva a cabo antes de cubrir las tuberías con mortero o cualquier tipo de pavimento, y su principal objetivo es comprobar que no haya fugas, pérdidas de presión o fallos en las conexiones del circuito hidráulico.

Realizar esta prueba es especialmente crucial porque, una vez que el sistema está cubierto, cualquier reparación puede resultar costosa, invasiva y lenta, ya que implica levantar el suelo y rehacer parte de la instalación. Por eso, detectar cualquier anomalía antes de cerrar el sistema es fundamental para evitar problemas futuros.

Normativa que regula la prueba de presión del suelo radiante en España

En España, la prueba de presión para los sistemas de suelo radiante está sujeta a varias normativas, como el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), el Código Técnico de la Edificación (CTE) y las normas técnicas UNE-EN 1264. En particular, las partes 4 y 5 se centran en la instalación, los ensayos y la puesta en marcha de estos sistemas de calefacción por suelo radiante. Estas normativas establecen que:

  • Es obligatorio realizar una prueba de estanqueidad antes de la puesta en servicio.
  • La prueba debe realizarse con agua limpia, salvo condiciones especiales.
  • Se debe aplicar una presión de al menos 6 bar durante un mínimo de una hora (o según indique el fabricante).
  • No debe registrarse ninguna pérdida de presión durante ese tiempo.

¿Cómo se realiza la prueba de presión en un sistema de suelo radiante?

La prueba de presión es un paso esencial y crítico al instalar un sistema de suelo radiante. Esta prueba nos ayuda a asegurarnos de que el circuito no tenga fugas ni pérdidas de presión antes de cubrirlo con la capa de mortero o el pavimento final. Hacerla correctamente es clave para garantizar que el sistema funcione de manera segura y eficiente a lo largo de toda su vida útil.

Paso previo: Purga del sistema

La purga del sistema es esencial para asegurarnos de que todo el aire se elimine del circuito. Si queda aire atrapado, puede dar lugar a resultados erróneos durante la prueba, complicar la detección de fugas y afectar el rendimiento térmico del sistema. 

Procedimiento completo de prueba

Con el sistema ya lleno y purgado correctamente, es momento de realizar la prueba de presión del suelo radiante, siguiendo las indicaciones de la normativa y del fabricante.

Para llevar a cabo una prueba de estanqueidad en el suelo radiante, primero hay que conectar un manómetro o una bomba de prueba al colector, asegurándose de que todas las válvulas estén abiertas. Luego, se debe aplicar una presión mínima de 6 bar (o la que indique el fabricante) y mantenerla durante al menos una hora. Durante este tiempo, es crucial vigilar que no haya caídas de presión ni signos visibles de fugas, como humedad o filtraciones. Si se nota alguna pérdida de presión, es fundamental revisar y reparar el sistema antes de seguir con la instalación.

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Detectar y prevenir fugas en suelo radiante

Las fugas en el suelo radiante pueden convertirse en un problema serio si no se detectan a tiempo. Al estar escondidas bajo el pavimento, pueden pasar desapercibidas durante semanas o incluso meses, lo que puede causar daños estructurales, problemas de humedad o una pérdida constante de eficiencia en el sistema. Por eso, es crucial realizar una buena prueba de presión antes de cubrir la instalación y seguir algunas recomendaciones para prevenir fugas a largo plazo.

Detectar fugas en un sistema de suelo radiante

Si notas una pérdida constante de presión, podría ser señal de una fuga en el circuito, especialmente si no hay una razón clara para ello. También, si encuentras zonas del suelo frías o húmedas, eso podría indicar que el agua no está circulando como debería o que se está filtrando. Un aumento en el consumo energético es otra señal de alerta; esto sucede porque el sistema tiene que esforzarse más para mantener la temperatura que deseas.

En instalaciones profesionales, se pueden emplear técnicas avanzadas como el uso de gas trazador. Por ejemplo, el gas trazador, que puede ser hidrógeno o nitrógeno, se introduce en el circuito y con detectores de este gas, se detecta el lugar de la fugA sin necesidad de realizar excavaciones.

Prevenir fugas en suelo radiante

Para prevenir fugas en un sistema de suelo radiante, es fundamental usar materiales certificados y de calidad, realizar siempre una prueba de presión antes de cubrir la instalación y seguir las instrucciones del fabricante, especialmente en lo referente al curvado de las tuberías. Además, se debe evitar pisar o cargar el sistema durante el montaje, mantenerlo presurizado durante el vertido del mortero como medida de seguridad y, en instalaciones críticas, documentar la prueba de presión y conservarla como parte del expediente técnico.

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